Cala Lledó
En el muelle de cala Lledó, el puerto natural protegido de los vientos térmicos del mar que da acceso a sa Dragonera, se han encontrado los restos más antiguos de ocupación humana correspondientes al periodo talayótico. Se trata de una necrópolis romana, un túmulo con un centenar de tumbas que a principios del siglo XX fue cubierto por las casas de la explotación agroganadera, la silvicultura y la pesca. Actualmente estas construcciones conforman los espacios de uso público del parque natural.
Dando un paseo por estas zonas anexas al muelle que da entrada al parque, hay terrazas de cultivo de olivos y cultivos de cereales, un pequeño jardín botánico con las especies de flora características de sa Dragonera, y el centro de interpretación del parque. Este equipamiento deleita con una exposición de usos tradicionales del palmito y la orchilla, el paso de las aves migrantes y los hábitats más representativos de la isla. En la misma cala se puede disfrutar de un baño para refrescarse después de la visita.
El amarradero de Cala Lladó y las casas
Las casas de Cala Lladó y la del camino del faro de Llebeig, el almacén, el gallinero, el palomar y las ruinas de una construcción en la Miranda, así como una casita de es Tancat, fueron construidas a mediados del siglo XX, si bien parte de las casas del Lladó parecen haber aprovechado construcciones más antiguas.
Actualmente todas estas instalaciones son utilizadas por el parque para atender al público, trabajos de gestión o como vivienda de los guardas, voluntarios y científicos que trabajan allí.